Bancos de sangre destinan más de 50% de unidades para pacientes con cáncer

Ale Cuevas, Wilma Pérez

La demanda del producto aumenta cada año en los Bancos de Sangre de Bolivia. Las transfusiones son un procedimiento vital para salvar vidas de pacientes con la enfermedad. En promedio, el Ministerio de Salud reporta 8.000 nuevos casos por año y los niños son los que más necesitan el plasma.

Edición 100. Lunes 29 de agosto de 2023.

Raúl es un niño de nueve años que padece de leucemia y requiere de transfusiones de plaquetas y/o sangre continuamente, debido a que su cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos. Esto significa que necesita de tres a seis unidades de sangre por mes, es decir, similar cantidad de donantes de sangre cada 30 días. 

Raúl es uno de los más de 2.710 casos de cáncer infantil y que van en aumento progresivo. De cada 10 niños que son diagnosticados con la enfermedad, cuatro corresponden a leucemia, según el informe del Ministerio de Salud, en febrero de 2022.

Para el tratamiento de la enfermedad (quimioterapia, cirugía y radioterapia, usualmente), tanto en niños como en adultos —en especial las mujeres que fueron diagnosticadas con cáncer cérvico-uterino—,  es necesario contar con unidades de sangre.

La sangre es tan importante durante el tratamiento de esta enfermedad que los pacientes usan más del 50% de las donaciones de los bancos de sangre del país, debido a la cantidad de personas con cáncer. Según el informe otorgado a la Asamblea Plurinacional por la ministra de Salud, María René Castro, cada año se detectan en el país, en promedio, 8.000 pacientes oncológicos nuevos. 

Por ello, la donación voluntaria de sangre es una de las acciones más altruistas que un ser humano puede realizar, tomando en cuenta que solo el cuerpo humano es el único productor del fluido y hasta ahora no se puede replicar de ninguna forma artificial. 

En Bolivia está vigente la Ley 1687 (1996), de Medicina transfusional y Bancos de Sangre, con la que cada departamento del país debe contar con bancos de sangre y servicios de transfusión necesarios. 

Hay demanda en servicios de oncología

El eje troncal del país —La Paz, Cochabamba y Santa Cruz— reporta un incremento de pacientes con cáncer. En los últimos siete años, La Paz concentra la mayor cantidad de casos con 22.410; Santa Cruz tiene 21.226; y Cochabamba, 13.502.

Los bancos de sangre de estas ciudades reportan una mayor demanda del fluido para los pacientes oncológicos. El reporte del Banco de Sangre de La Paz informa que, del total de unidades, el 68%, se distribuye a los establecimientos del sistema público de salud. El Hospital del Niño es el que tiene más solicitudes, por sus pacientes con leucemia y otros tipos de cáncer; le sigue el Hospital de Clínicas.

Director del Banco de Sangre, Pedro Mamani, muestra datos sobre donación de sangre. Foto: Aleja Cuevas

El director del Banco de Sangre La Paz, Pedro Mamani, detalla que el restante 32% es destinado a otros establecimientos públicos del área rural; al sector privado y a los entes de la seguridad social, con excepción de la Caja Nacional de Salud, que cuenta con su propio banco de sangre.

“Un 50% es derivado para pacientes oncológicos , porque puede que una sola persona con cáncer utilice gran cantidad de componentes, a diferencia de otro que es sometido a una cirugía, quien solo requiere en el momento de la operación», detalla Mamani. 

Ante esta demanda, explica que antes se realizaban dos procesos a la semana para la separación de la sangre (concentraciones de plaquetas), pero ahora son tres al día.

“Estamos con un promedio de 30 aféresis (proceso de separar los componentes celulares y solubles de la sangre usando un equipo especial) al mes, es decir, uno por día”, asegura.

Por ello, cada donación de sangre salva la vida de tres personas y la mayoría son pacientes con cáncer, los que más requieren son los niños que padecen leucemia y mujeres con cáncer cérvico-uterino.

Ese es el caso de Teresa, quien, tras la detección de esta enfermedad, requirió unidades de sangre para compensar la pérdida de plasma, por las constantes hemorragias que sufría, además necesitaba las transfusiones para someterse a las quimioterapias o radioterapias, por las bajas defensas que tenía. Estuvo con este requerimiento por más de dos años, cuenta su hija Viviana.

Rosario Calle, presidenta de la Asociación de Personas con Cáncer y Familiares de Bolivia, recuerda que antes del 2016, los pacientes con cáncer debían llevar a un donante o más para recibir las unidades de sangre requeridas. A ello se sumaba que la demanda por el producto no solo era de pacientes de la ciudad de La Paz, también lo era para los enfermos de otros departamentos, al ser el hemocentro de referencia nacional.

Una técnica del Banco de Sangre de La Paz, en el laboratorio de la institución. Foto: Banco de Sangre.

En ese contexto, la Asociación suscribió un convenio con el Banco de Sangre, en 2016, lo que posibilita que todos los pacientes con algún tipo de cáncer accedan de manera libre a las unidades de sangre, previa presentación de una boleta.

Calle evoca los años en los que los pacientes tenían que pagar por la sangre que requerían, entre Bs 220 y 250, — monto que se cobra normalmente al resto de pacientes para realizar estudios a la sangre — además de llevar a donantes (familiares, conscriptos o indigentes para que donen sangre, pero con la vigencia del Sistema Único de Salud (SUS), los servicios y algunos medicamentos son gratuitos. 

Un niño enfermo demanda hasta 30 unidades de sangre

“Urgente, se solicita donadores de sangre tipo AB+, para Juan, paciente oncológico de cinco años, por favor comunicarse con este número”, se lee en la página de Facebook de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer Cochabamba. Este departamento es el tercero en el país con más pacientes oncológicos, con un promedio de 1.900 casos por año. 

Al igual que en La Paz, el Banco de Sangre de Cochabamba también destina más del 50% de unidades a centros oncológicos. 

“La demanda de sangre es grande, diría que, entre las enfermedades más demandantes son las oncológicas, las que pasan por quimioterapia”, apunta María Luisa Herrera, directora del Banco de Sangre. 

Explica que, en el caso de leucemia, un paciente usa hasta 30 unidades de sangre, entre glóbulos rojos, paquetes globulares y plaquetas (separación de la sangre mediante un equipo). “Es lapidario ver que el niño con cáncer requiere unidades de sangre en grandes cantidades y estar pendiente de la solicitud”, dice Herrera. 

En Santa Cruz, al igual que en los otros bancos de sangre, el principal destino de las plaquetas es para los pacientes oncológicos, más del 40%. 

El oncólogo clínico del Instituto Boliviano del Oriente, de Santa Cruz, Mauricio Montenegro, explica que la cantidad acumulada de sangre es por las campañas que realiza el personal del mismo banco de sangre y de otros establecimientos de salud. 

“El problema en Bolivia es que no tenemos la cultura de donar sangre, por ello se hacen campañas para la recolección masiva”, afirma.

Especifica que el requerimiento de sangre no está estandarizado debido a que se debe tomar en cuenta el tipo de cáncer y la constitución del paciente, además del avance de la enfermedad.

En el caso de Raúl todavía requiere de las transfusiones de sangre, más aún cuando se prepara para una cirugía, tras la cual volverá a retomar las clases en su colegio.


Aleja Cuevas trabajó como redactora en tres medios impresos: La Prensa, Página Siete y La Razón. Fue ganadora de segundo lugar del Premio de Reportaje sobre Biodiversidad 2011, de Conservación Internacional con el reportaje “La Laguna Colorada agoniza”, publicado en La Prensa.
Aleja Cuevas trabajó como redactora en tres medios impresos: La Prensa, Página Siete y La Razón. Fue ganadora de segundo lugar del Premio de Reportaje sobre Biodiversidad 2011, de Conservación Internacional con el reportaje “La Laguna Colorada agoniza”, publicado en La Prensa.
Wilma Pérez Soliz es licenciada en periodismo internacional, titulada en la Universidad de Leningrado, hoy San Petersburgo. Trabajó en la Agencia EFEbol, periódico Hoy y 22 años en La Razón, tiene una especialidad en el área de salud.
Wilma Pérez Soliz es licenciada en periodismo internacional, titulada en la Universidad de Leningrado, hoy San Petersburgo. Trabajó en la Agencia EFEbol, periódico Hoy y 22 años en La Razón, tiene una especialidad en el área de salud.