Estudiantes del sur de Cochabamba, en riesgo sanitario por falta de agua

Ale Cuevas

Más del 50% de 224 unidades educativas de la zona sur de Cochabamba no cuenta con agua potable y su acceso es mediante cuatro cisternas de Semapa. El abastecimiento solo es de 10.000 litros por semana para cada unidad educativa, lo cual es insuficiente. Por ello, los colegios optan por comprar de los “aguateros”, cuyas aguas son inseguras.

Edición 85. Jueves, 30 de marzo de 2023

Oscar, un niño de 10 años, cuenta que en su escuela no hay agua potable. Él vive en el distrito 8 de la zona Sur de Cochabamba y recuerda que un día, después de correr en el recreo, bebió agua del baño y se enfermó con problemas estomacales.

Mientras viaja en minibús, de camino a su hogar, rememora que hace cinco años, cuando estaba en kínder, no había pileta de agua en su entonces escuela, pero dice que su actual colegio tiene un grifo que está conectado a un tanque, descargado de una cisterna.

Lo que ocurre en su escuela es una realidad que se repite en ese sector. En más del 50% de colegios de la zona sur de la capital cochabambina escasea el agua segura. Frente a este contexto, más de 60.000 escolares estarían en riesgo sanitario, según un cálculo de la cantidad de la población escolar en ese sector.

En San Miguel vive María Eugenia Flores, una de las protagonistas de la “Guerra del agua” -que ocurrió en el año 2000, en reclamo a la privatización de este recurso-. Como vecina sabe que en el espacio periurbano del sur del municipio de Cercado hay carencia de agua potable y que lo que consumen viene de cisternas y de pozos. El agua de pozos es distribuida por una red de sistemas comunitarios, es decir, conexiones familiares.

Entre 2000 y 2005, se han visibilizado 250 sistemas comunitarios. Flores cree que después de 20 años, la cifra se triplicó con el crecimiento demográfico, mientras que la cobertura del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) avanzó en algunas partes.

Flores añadió que la gente aún busca formas de abastecerse de agua, ya sea de pozos o de cisternas, aunque el líquido que descargan estas últimas no sea seguro.

Un cisterna distribuye agua en la zona Sur de Cochabamba. Foto: Ingrid Domínguez.

Agua insegura en colegios

Mientras en los barrios de la zona sur de Cochabamba las familias hacen lo posible para proveerse de agua para uso y consumo, en los colegios hay mayor escasez. Se habla de 50, 70 y 90% de carencia de agua potable del total de las unidades educativas.   

“Si para ti no hay (agua), en el colegio peor; aunque agarren agua de cisterna, la cantidad de uso es amplia, porque hablamos de 500 niños (en promedio), no hay agua permanente”, afirmó Flores.

Según el Ministerio de Educación, en el municipio de Cercado, 199.423 estudiantes están matriculados en colegios de convenio, fiscales y privados. Estos están distribuidos en las dos distritales de educación: Cochabamba 1 y Cochabamba 2. En esta última, ubicada en la zona sur, se concentra el 56,1% (111.847), agrupado en los distritos: 5, 7, 8, 9 y 14, en los que hay déficit de agua potable.

Sergio Ayaviri, presidente del Consejo Distrital de Cochabamba 2, precisó que en la zona sur hay 224 colegios, de los cuales, unos 120 (54%) no tienen agua potable. Por eso, la Alcaldía, a través de la Secretaría de Desarrollo Humano, destina cuatro cisternas, cada una de 10.000 litros de agua, que son descargados en los tanques.

El dirigente aseguró que los 10.000 litros no abastecen para el lavado de manos y limpieza de baños, por lo que estos espacios llegan a convertirse en focos de infección. Por ejemplo, en el barrio de K’ara K’ara, la mayoría de los colegios tiene más de 1.000 alumnos; esto implica que a cada estudiante le toca dos litros, cuando tan solo la limpieza de un inodoro demanda tres litros.

Piscina instalada el colegio Vikinga Boliviana para la cosecha de agua de lluvia. Foto: Ingrid Domínguez.

En un colegio donde trabajó la profesora Elizabeth Quisbert no había agua ni para los baños, en una zona en la que las familias recibían agua en turriles. “Al pasar las clases, se veía que los alumnos no se bañaban, eso, debido a la carencia de agua”.

Añadió que las infecciones estomacales son recurrentes, como el caso de otro colegio, donde un niño vomitó tres veces y se le dio paracetamol. “Mientras buscamos agua en bolsa, el niño se tomó la pastilla con agua del grifo”, rememoró.

Prudencio Rodríguez, otro maestro del colegio Jorge Cabrera Acuña, recordó que hace ocho años, unos 15 alumnos de la unidad educativa Juan Lechín Oquendo sufrieron una infección masiva por consumir agua.

Tras estos casos, funcionarios de la Alcaldía tomaron muestras de agua, pero no entregaron los resultados.

“El agua que nos traen en cisterna no es potable. Había estudiantes que permanentemente se enfermaban, tenían dolor de estómago e infección intestinal”, dijo Rodríguez.

A estos casos se suman la infección urinaria en alumnas, debido a que los baños son antihigiénicos, complementó Ayaviri.

Colegio 6 de Agosto de Cochabamba dispone agua en turriles para echar a los sanitarios. Foto: Ingrid Domínguez.

Compra de botellón de agua, una solución

Según la exdirectora distrital de educación Cochabamba 2, Teresa Ramos, el 90% de los colegios no tiene agua potable, incluso, aquellos que están muy próximos al centro de la ciudad como Alcides Arguedas y Adela Zamudio que también carecen de agua segura.

Explicó que, frente a esta escasez, una de las “soluciones” fue reutilizar el recurso. Las aguas usadas para el lavado de manos sirven para echar al inodoro y también se resolvió colocar botellones de agua en las aulas.

“Esa fue la práctica más común, la compra de botellones. En todos los colegios se da esa solución, los padres de familia corren con el gasto”, dijo Ramos.

Para Ayaviri otra salida al problema es que la Alcaldía habilite las “cisternas solidarias” – designadas a las Organizaciones Territoriales de Base (OTB) en tiempo de pandemia – para los colegios y así abastecer dos veces a la semana con 20.000 litros de agua.

La solicitud ya fue realizada en septiembre de 2022, de que las “cisternas solidarias” pasen educación. Es más, hubo reuniones con concejales para ajustar la ley y que cisternas no sean solo para las OTB.  

La Brava intentó comunicarse con el director de Desarrollo Humano, Mario Cortez, pero no respondió a las llamadas. 

Contaminación del agua de vertiente

Actualmente no se cuenta con investigaciones ambientales accesibles sobre la calidad de agua que se consume en el sur de Cochabamba. Sin embargo, estudios de hace 30 años sobre el saneamiento básico en las zonas periféricas de Cochabamba revelaban deficiencias en el acceso a agua potable, porque el suministro de Semapa no llegaba a esos espacios.

“El estudio fue bastante revelador, nos indicó que las aguas distribuidas por cisternas en un 100% presentaba contaminación bacteriana (..) de vertientes, son aguas a pocos metros de profundidad (…) pues la contaminación superficial se infiltra rápidamente y presenta contaminación”, apuntó Ana María Romero, docente investigadora y exdirectora del Centro de Aguas y Saneamiento Ambiental (CASA) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).  

Dijo que en la investigación sobre saneamiento se identificó formas de abastecimiento de agua, a través de tanques de almacenamiento suministrados por cisternas de agua desde Semapa, que tienen un nivel tratamiento, y también por cisternas privadas cuyas fuentes eran aguas subterráneas y de vertiente; y la otra, mediante turriles o tanques domiciliarios.

En aquella época también se hizo un estudio sobre el estado de la situación de saneamiento de unidades educativas de la zona sur. Éste, que no fue publicado, establecía que la misma deficiencia de los hogares se reflejaba en las escuelas.

“Quizás su implicancia en una escuela pueda considerarse un poco mayor, debido a que es un lugar de concentración de niños y niñas, y ante la ausencia de servicios básicos, pues, se tiene condiciones con riesgo sanitario bastante alto”, apuntó la investigadora.

Al respecto, María Eugenia Flores aseguró que los pozos de K’ara K’ara están contaminados, debido a que allá está el botadero y que los lixiviados de la basura penetraron bajo tierra.

“Pero la gente no tiene otra opción, aunque le digas ‘está contaminada el agua’ responderán ‘¡qué agua voy a beber!’”, explicó.

En el caso de las aguas de vertientes y pozos que realizó el CASA, se detectó la presencia de contaminación fecal.

Oscar Olivera, promotor de la Guerra del Agua en Cochabamba, ve como una alternativa a la problemática del agua en unidades educativas, la cosecha de agua de lluvia que está libre de contaminación para abastecer la demanda y a la vez se promover el derecho al agua.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) resalta que las escuelas deben de asegurar un mínimo de agua para garantizar el desarrollo de la población estudiantil. De lo contrario, advierte, habrá aumento de enfermedades gastrointestinales y diarreas, lo cual provocará la disminución en la asistencia a clase y el bajo rendimiento escolar.

Una niña de la escuela Vikinga Boliviana riega con agua de lluvia. Fotos: Ingrid Domínguez.

Necesidad de desinfectar el agua

A raíz de los resultados del estudio, la Dirección de Saneamiento Ambiental del Servicio Departamental de Salud (Sedes) emitió disposiciones y resoluciones de que cada empresa que comercialice agua debe contar con un proceso de desinfección, previo a su venta. Actualmente se desconoce si hacen la inspección.

A las comunidades se las alertó sobre el riesgo del consumo de aguas de cisternas. Entre las sugerencias estaban: hervir el agua o usar el método SODIS, que consiste en exponer al sol envases de agua por cuatro horas para eliminar las bacterias patógenas, explicó Romero.

Estas acciones pueden aplicarse en los colegios como una medida para controlar y minimizar casos de estudiantes enfermos por posible consumo de agua contaminada, añadió.  

En lo que respecta a las cisternas de agua que distribuye Semapa en colegios, la investigadora afirmó que, “si esta agua de Semapa llega a los tanques de almacenamiento de estas escuelas, es agua que tiene un nivel de calidad, podríamos decir (que es) aceptable, quizás no en 100%, pero es bastante aceptable, habría que verificar”.

Pero advirtió que es necesario una limpieza frecuente de los tanques de agua en los colegios, una tarea de padres de familia y director. Esto debido a que en el depósito está el mayor foco de infección, en ese sentido, de nada serviría la dotación de agua de buena calidad cuando se tiene un envase contaminado.

Otro factor de infección en estudiantes es la falta de agua para limpiar inodoro también conlleva a la deficiencia de hábitos higiénicos. “Ahí aumenta el riesgo, eso conlleva a enfermedades tipo bacteriano, también a mayor incidencia de la parasitosis”.

La empresa Semapa se aprovisiona de pozos de una profundidad considerable, además de represas como Escalerani, Wara Wara y Misicuni, para luego pasar por un control de calidad que termina con la cloración. El problema es que no tiene la capacidad de dar agua las 24 horas del día y ante esa deficiencia, casi el 100% de la población tienen tanques de almacenamiento de agua en sus hogares, resaltó Romero.

Foto portada: Ingrid Rodríguez.


Aleja Cuevas trabajó como redactora en tres medios impresos: La Prensa, Página Siete y La Razón. Fue ganadora de segundo lugar del Premio de Reportaje sobre Biodiversidad 2011, de Conservación Internacional con el reportaje “La Laguna Colorada agoniza”, publicado en La Prensa.
Aleja Cuevas trabajó como redactora en tres medios impresos: La Prensa, Página Siete y La Razón. Fue ganadora de segundo lugar del Premio de Reportaje sobre Biodiversidad 2011, de Conservación Internacional con el reportaje “La Laguna Colorada agoniza”, publicado en La Prensa.